Pongo dos estrellas únicamente por la comida (ya que sino pondría una única estrella), pero el otro día vivimos una situación un tanto bochornosa mi amiga, mi madre y yo.Forn TARRACONENSE era un lugar de referencia, sin lugar a dudas, en el pasado, pero deja mucho que desear a día de hoy. Las dependientas son muy antipáticas (sobre todo Montse) y el trato es un tanto vejatorio. Os voy a contar nuestra experiencia de la semana pasada (concretamente el 1 de julio):Al llegar (sobre las 18h), pedí un bocadillo de fuet con el pan caliente y me empezaron a poner varias pegas. La primera excusa fue que ya tenían bocadillos hechos (no de fuet) y les comenté que aquí siempre me los habían hecho al momento, pero insistieron en que ya tenían de otros embutidos. Entonces, la dependienta que me estaba atendiendo hasta ese momento, al ver que me quedaba pensando en ese momento en que escoger, le dejó el muerto a la su compañera (Montse) y se puso a atender a otro cliente, cuando aún no había terminado conmigo. La segunda excusa fue que tenían todo el fogón muy ocupado y lleno de cachivaches como para preparar un bocadillo y que le suponía un esfuerzo titánico el hecho de retirarlos y proceder a preparármelo. Podrían haberme dicho que no tenían pan y al menos la excusa hubiera quedado mejor… Además, mi amiga también pidió una magdalena y un bebida, igual que mi madre. Es decir, los tres consumimos y pagamos, habiendo hecho la cola inicial, en la que estuvimos más de 10 minutos para ser atendidos.Todo esto me lo dijo la misma persona sobre la que quiero recaiga la queja, Montse, una dependienta de estatura más bien baja y muy malhumorada, con gafas y muy ofensiva. No es la primera vez que veo se dirige con desprecio a los clientes, ya que lo he presenciado en diversas ocasiones y somos clientes asiduos.Seguidamente, le pedí un brazo de gitano relleno de trufa para después, ya que me lo llevaría después de merendar en el establecimiento con mi madre y mi amiga, es decir, al marcharnos. Una vez terminamos de merendar, mi amiga quiso aprovechar que teníamos que ir al mostrador para solicitar y recoger el brazo de trufa para llevarse también una docena de huevos y dos Croissants. Cuando mi amiga pidió los Croissants no hubo problemas y , de nuevo, Montse estuvo a punto de prepararlos. Sin embargo, cuando mi amiga también le dijo que, por favor, necesitaba una docena de huevos, la situación dio un giro. Montse empezó a lanzar gritos desde el interior del mostrador diciendo que si quería tantas cosas se marchara fuera y volviese a esperar a toda la cola y señalando a las personas que estaban haciendo cola para dejar en ridículo a mi amiga delante de ellos. Puso a mi amiga en un aprieto gritándole y diciéndole que si las personas que estaban en la cola le cedían el puesto, que entonces sí le prepararía la docena de huevos y los dos Croissants.Finalmente, se nos quitaron las ganas por la actitud tan lamentable que tuvo, recogimos el brazo de gitano y nos marchamos. No nos costaba nada hacer la cola de nuevo si esas son sus normas, pero no era necesario decirlo en ese tono y menos evidenciar así a mi amiga delante de todo el mundo buscando el apoyo de la gente que estaba haciendo cola. De todas formas, sigo sin entender que tres clientes que inicialmente ya han procedido a hacer la cola correspondiente para pedir y ser servidos y después tengan que recoger un brazo de gitano, tengan que volver a salir fuera para pedir otras cosas. Creo esto perjudica a los dueños del local, ya que nos fuimos sin la docena de huevos y sin los croissants.Resaltar que la comida y los postres son excelentes, lástima del trato que últimamente están teniendo al dirigirse a los clientes. Disponemos de pastelerías se encuentran más próximas a nuestras viviendas, pero siempre hemos apostado por esta; el producto es de calidad.También me gustaría enfatizar que Carmen y Ester, al contrario de las dependientas que se encontraban ese día trabajando, siempre han proporcionado un servicio y atención personalizada excelentes, siendo grandes profesionales.